El agronegocio brasileño es dinámico y complejo, influenciado por la estacionalidad, los riesgos climáticos, el financiamiento, los mercados de futuros, los seguros, la logística y el comercio exterior. El DREX aporta más eficiencia y previsibilidad, reduciendo la burocracia y haciendo más ágil el flujo financiero para productores de todos los tamaños.
El crédito agrícola es fundamental, ya que las inversiones en insumos, equipos y mano de obra se realizan meses antes de la cosecha. Hoy, los productores dependen de bancos, cooperativas o del modelo de barter, donde se intercambian productos futuros por insumos. Con DREX y contratos inteligentes, el crédito puede programarse para liberarse a medida que se desarrolla el cultivo, asegurando que los recursos estén disponibles en el momento adecuado.
La tokenización de Certificados de Recebibles del Agronegocio (CRA) puede ampliar el acceso al crédito, reduciendo la dependencia de grandes instituciones financieras. En el mercado de futuros, la digitalización de contratos y la liquidación automática vía DREX traerá más velocidad y previsibilidad al flujo de caja de los productores.
La seguridad financiera también mejora con los seguros paramétricos, que utilizan datos climáticos para liberar indemnizaciones automáticamente en caso de sequías, lluvias excesivas o heladas, reduciendo la burocracia y acelerando la recuperación de la producción.
Más allá del financiamiento, la logística eficiente es clave para el agro. El rastreo digital vía DREX puede reducir fraudes y mejorar la previsibilidad del transporte, haciendo las transacciones más confiables y transparentes. Con pagos automatizados entre productores, transportistas y compradores, las negociaciones ganan agilidad, se reducen los intermediarios y se optimiza la liquidez de la producción agrícola.
La tokenización de inventarios agrícolas puede facilitar el financiamiento, permitiendo que los productores usen su propia cosecha como garantía digital para obtener crédito, mejorando el acceso al capital sin procesos largos ni burocráticos.
Brasil es uno de los mayores exportadores agrícolas del mundo, pero las transacciones internacionales aún enfrentan costos elevados y largos plazos de liquidación. Con la integración del DREX y monedas digitales internacionales (CBDCs), el comercio exterior puede volverse más rápido y económico, reduciendo los costos cambiarios y la dependencia del dólar.
Los pagos podrían liquidarse automáticamente tan pronto como la carga llegue al puerto de destino, eliminando burocracias y aumentando la competitividad del agro brasileño. Además, la tokenización de commodities puede ampliar el acceso al financiamiento internacional, permitiendo que inversionistas extranjeros participen en el mercado agrícola nacional.
Con la COP30 programada en Belém en 2025, Brasil tiene la oportunidad de demostrar cómo la tecnología y la innovación financiera pueden impulsar un agronegocio más sostenible.
El DREX puede facilitar la tokenización de créditos de carbono e incentivar financieramente a los productores que adopten prácticas regenerativas, integrando la economía verde al sistema financiero. La trazabilidad digital también puede garantizar certificaciones de sostenibilidad para los productos agrícolas, aumentando la transparencia y agregando valor a las exportaciones.
El DREX tiene el potencial de transformar el agronegocio —trayendo más eficiencia, previsibilidad e inclusión financiera.
Con crédito programable, trazabilidad digital y pagos más rápidos, Brasil puede fortalecer su competitividad global y construir un agro más moderno, resiliente y sostenible.