En una reciente declaración, Gabriel Galípolo, presidente del Banco Central de Brasil, reafirmó un punto que ha generado debate en el mercado: ¿el DREX es realmente una Moneda Digital de Banco Central (CBDC), o estamos ante un concepto diferente?
A nivel mundial, las CBDCs suelen entenderse como una versión digital del dinero emitido por el banco central, generalmente en dos formatos. La CBDC minorista (retail), que está disponible directamente para el público y funciona como dinero digital sin necesidad de intermediarios. Y la CBDC mayorista (wholesale), utilizada para transacciones entre instituciones financieras y pagos de alto valor.
El DREX, sin embargo, adopta un enfoque distinto. En lugar de ser una moneda digital distribuida directamente al público, funciona como una infraestructura para la tokenización de activos y depósitos. Su función principal no es sustituir el dinero por una versión digital directa, sino permitir que los bancos e instituciones financieras creen representaciones digitales de los depósitos y activos dentro de la red DREX.
Esta idea ya se había tratado en el primer #SabaDREX hace un año, cuando el concepto aún generaba dudas sobre su papel en el sistema financiero.
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La tokenización está en el centro del DREX. En lugar de emitir un “real digital” que circule como un billete virtual, las instituciones autorizadas tokenizan los depósitos de los clientes en una plataforma basada en tecnología de registros distribuidos (DLT). Lo que circula no es un “real digital puro”, sino representaciones digitales de los recursos mantenidos en los bancos.
Esta misma lógica se aplica a otros activos como títulos públicos, cuentas por cobrar, garantías y otros instrumentos financieros. La tokenización permite que estos activos se muevan, transfieran y utilicen de forma más eficiente dentro del sistema financiero. Uno de los grandes beneficios es la colateralización — el uso de activos tokenizados como garantía en operaciones financieras.
Galípolo señaló un problema recurrente en el sistema financiero: el acceso ineficiente al crédito. Hoy en día, muchas operaciones no están garantizadas, lo que aumenta el riesgo y el costo. Además, ofrecer un activo como garantía sigue siendo un proceso burocrático, lo que lleva a muchos a optar por alternativas más rápidas pero mucho más caras, como el crédito rotativo de las tarjetas.
Con DREX y la tokenización de activos, este escenario puede cambiar. El uso de garantías puede hacerse de forma más rápida, transparente y automatizada, permitiendo que más personas accedan a crédito más barato y con menos fricción. En lugar de un proceso lento y burocrático, la infraestructura del DREX permite que contratos inteligentes validen las garantías de forma instantánea, haciendo que el crédito garantizado sea más accesible para personas y empresas.
Una mayor eficiencia en el uso de garantías puede reducir la dependencia de líneas de crédito costosas y aumentar la oferta de crédito a tasas más bajas. Para los bancos, eso significa menos riesgo y más previsibilidad. Para los clientes, mejores condiciones financieras.
De este modo, el DREX no puede clasificarse como una CBDC tradicional, pero tampoco es solo un sistema de tokenización bancaria. Se posiciona como una infraestructura híbrida que permite la digitalización y tokenización de activos y depósitos, abriendo nuevas posibilidades para el crédito, los pagos y la intermediación financiera.
Con este enfoque, Brasil podría estar creando un nuevo modelo de arquitectura financiera, contribuyendo a la construcción de la “Finternet” e inspirando a otras economías a repensar el papel de las monedas digitales y las infraestructuras descentralizadas.