En los próximos años, nuevas tecnologías y marcos regulatorios transformarán profundamente el sistema financiero y la forma en que las personas se relacionan con el dinero. Aunque para gran parte del público esta transformación aún parezca invisible, ya está en marcha dentro de fintechs, bancos e instituciones que están digitalizando productos, servicios y procesos internos.
Uno de los movimientos más relevantes es la tokenización de activos financieros y reales, como cuentas por cobrar, vehículos, inmuebles e inversiones. Esto no solo implica una nueva forma de registrar información, sino también la inclusión de lógica y reglas automáticas dentro de estos activos mediante contratos inteligentes. El dinero tokenizado permite realizar pagos programables, eliminando intermediarios tradicionales y validaciones manuales.
Estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana —pero ya se están probando. En Brasil, el piloto del DREX reúne a bancos grandes y pequeños, fintechs, cooperativas y empresas de tecnología en un ecosistema que simula operaciones reales con tecnología de registros distribuidos. Si tiene éxito, esta infraestructura podrá digitalizar y automatizar desde transacciones de crédito hasta la transferencia de propiedad de bienes y servicios.
Otra tendencia importante es la expansión del Open Finance, que permite integrar y consolidar información financiera entre diferentes instituciones. Esto hace posible que las empresas creen soluciones más personalizadas e inteligentes —recomendando productos y servicios basados en el historial y las necesidades de cada usuario. La inteligencia artificial tendrá un papel cada vez mayor en este contexto, permitiendo la creación de asistentes financieros capaces de orientar a las personas en sus decisiones cotidianas, como un “GPS inteligente para las finanzas”.
Ese nivel de personalización será esencial en los próximos años, especialmente en soluciones de crédito y pagos. Los modelos de compartición de datos mediante consentimiento permitirán construir perfiles financieros dinámicos y programables. En lugar de un score rígido, una persona podrá compartir proactivamente su información financiera actualizada y recibir ofertas ajustadas a su verdadero momento de vida.
Las fintechs desempeñarán un papel central en esta transformación, no solo creando nuevas experiencias, sino también simplificando la jornada financiera para una población aún marcada por el sobreendeudamiento, la burocracia y la falta de información. El futuro de las finanzas pasa por la automatización invisible, la reducción de fricciones y la democratización de herramientas que antes estaban restringidas a una élite.
📌 Publicado originalmente por CartaCapital – Sección “Do Micro ao Macro”