A menudo decimos que el sistema financiero de Brasil es uno de los más avanzados del mundo. Esta notable evolución puede resumirse en tres pilares fundamentales: instantáneo, conectado e inteligente. Estos pilares no solo reflejan el estado actual de nuestro sistema financiero, sino que también indican hacia dónde nos dirigimos.
Hace casi 40 años, el DOC (Documento de Orden de Crédito) era considerado el método más moderno y rápido para transferencias financieras. En ese momento, el DOC era revolucionario, ofreciendo la opción más instantánea disponible. Hoy, al mirar atrás, nos damos cuenta de cuánto hemos avanzado.
Actualmente, Pix y los pagos en efectivo son los métodos de pago más instantáneos disponibles, cada uno adecuado para contextos específicos. Pix, en particular, ha revolucionado las transacciones digitales, proporcionando una solución rápida y efectiva que se ajusta al ritmo de la vida moderna.
Por otro lado, Open Finance ha sido un catalizador, mejorando la conectividad y la seguridad en el intercambio de datos financieros. Ha inaugurado una nueva era de eficiencia y seguridad en el intercambio de información financiera. Sin embargo, todavía dependemos de la transferencia de archivos y hojas de cálculo para muchos procesos, un método que sin duda evolucionará en los próximos años para alinearse con el nuevo paradigma del sector.
Mirando hacia el futuro, Drex (el Real Digital de Brasil) promete introducir un nivel de inteligencia sin precedentes en las transacciones financieras. Imagina pagos preprogramados o garantías que hoy se manejan mediante cheques, siendo automatizadas a través de contratos inteligentes. Esta innovación permitirá soluciones como el uso de un límite de crédito hasta una fecha determinada, con liquidación automática en la fecha de vencimiento.
La evolución de nuestro sistema financiero va mucho más allá de estos ejemplos. Nos dirigimos hacia un futuro donde las inversiones, los seguros, los préstamos y las transacciones internacionales serán cada vez más instantáneos, conectados e inteligentes. Lo que estamos presenciando es una verdadera revolución en el sector financiero, donde la velocidad, la conectividad y la inteligencia no son solo ideales, sino realidades tangibles que moldean la forma en que interactuamos con las finanzas a diario.
Por supuesto, enfrentamos desafíos. Existe una necesidad urgente de más recursos para los reguladores, para garantizar que puedan supervisar y guiar eficazmente este entorno en rápida evolución. Además, la capacitación de profesionales en el sector financiero es esencial para garantizar que las instituciones no solo sigan el ritmo de la innovación, sino que también la lideren.
Asimismo, garantizar la eficiencia e inclusión del sistema financiero significa evitar que la digitalización se convierta en una barrera para los segmentos de la población que pueden ser menos adeptos a la tecnología o que tienen acceso limitado a la infraestructura digital.
El sistema financiero de Brasil está a las puertas de una nueva era, impulsada por innovaciones que transformarán fundamentalmente la forma en que gestionamos las transacciones financieras. Este camino hacia un sistema más instantáneo, conectado e inteligente es un reflejo de los avances tecnológicos en todos los sectores.
📌 Artículo publicado originalmente en Época Negócios.