Un viaje con DREX

El sector turístico siempre ha dependido de múltiples intermediarios para operar de forma eficiente. Desde reservas de hoteles y pasajes aéreos hasta el alquiler de vehículos, todas estas transacciones implican contratos, reglas y políticas que requieren la confianza del consumidor en terceros. Con el avance de las tecnologías descentralizadas, surge un nuevo paradigma: la posibilidad de que esos contratos sean autoejecutables, eliminando intermediarios y garantizando que todas las condiciones acordadas se cumplan automáticamente.

La aplicación de pagos programables aporta mayor eficiencia a transacciones que tradicionalmente dependen de operadores centralizados, reduciendo costos, eliminando disputas y permitiendo mayor transparencia en las relaciones comerciales.

Cuando una persona reserva un hotel o alquila un coche, acepta una serie de términos y condiciones definidos por la empresa prestadora del servicio. En el modelo tradicional, cualquier incumplimiento exige una resolución manual: atención al cliente, disputas entre bancos y operadores de tarjetas, o incluso procesos judiciales.

Con contratos inteligentes programados, estas interacciones pueden automatizarse por completo. El flujo de pago solo se completa cuando la reserva se cumple según lo acordado. Si el huésped no se presenta, el hotel puede retener un porcentaje del pago de acuerdo con la política de cancelación previamente definida y registrada en el contrato digital. Si el hotel cancela de forma unilateral, el reembolso es automático, sin intervención del cliente.

Este modelo también puede aplicarse a pasajes aéreos. Con un contrato inteligente, si un vuelo se cancela o se retrasa más allá del límite establecido, un reembolso parcial o total se activa automáticamente, sin necesidad de que el pasajero contacte a la aerolínea.

El alquiler de vehículos también puede beneficiarse de esta tecnología. Al alquilar un coche, el pago puede mantenerse en un contrato programable hasta la devolución del vehículo. Si hay daños, las reglas definidas previamente garantizan que los valores se retengan según corresponda. Si no hay infracción, el desbloqueo del monto restante ocurre automáticamente, sin necesidad de interacción manual entre la empresa y el cliente.

La gran diferencia de este modelo basado en DREX y contratos inteligentes está en el desplazamiento de la confianza. Hoy, al hacer una reserva, el consumidor debe confiar en que la otra parte cumplirá con lo pactado. En el nuevo modelo, la confianza se deposita en la tecnología, en el código y en la red blockchain que garantiza la ejecución automática de las reglas establecidas.

Este modelo reduce disputas y hace el proceso más eficiente para todas las partes. Las empresas reducen costos operativos, mientras los consumidores ganan previsibilidad y seguridad en sus transacciones.

Todas las reglas del contrato son visibles e inmutables desde el momento de la reserva. Esto reduce ambigüedades y garantiza que las expectativas de ambas partes estén claras desde el inicio, sin espacio para cambios arbitrarios ni cobros indebidos.

El turismo —que siempre ha sido una industria de experiencias— puede ser uno de los sectores que más explore de forma práctica las oportunidades de la Web3, empezando por algo simple: convertir cada destino visitado en un activo digital único.